El invierno trae paisajes blancos y perfectos como si de una película de Navidad se tratase. En algunas zonas del país estas nevadas son leves, pero en otras pueden llegar a ocasionar algún problema. Las placas solares sufren los efectos de la nieve, tanto para bien como para mal.
Puede ser que gracias al efecto albedo (el fuerte reflejo de los rayos del sol en la nieve) los paneles fotovoltaicos lleguen a su pico de producción. En cambio, si cae una nevada al estilo Filomena, las placas quedarán cubiertas por completo y pueden sufrir estragos en el sistema.
Cuando se genera una capa de nieve sobre los paneles, la mayor preocupación que la nieve no deje pasar la luz del sol y que las placas queden inservibles hasta que desaparezca. Aunque es cierto que esto puede pasar, no te comas la cabeza con eso.
Si la capa de nieve sea fina, se derretirá en un par de días o se desplazará con la inclinación de las placas solares.
En cambio, si la capa es gruesa y las temperaturas son bajas durante un par de días, estos copos pueden congelarse. El hielo sí que puede suponer un problema real para los paneles solares porque es más complicado de quitar e incluso puede rayar el material al retirarlo.
Para empezar, no es lo más recomendables si no tienes el suficiente cuidado ni el material adecuado porque puedes estropear los paneles. Sí, sabemos que tras una gran nevada, lo primero que te planteas es ir a quitar los restos, pero no es lo mejor que puedes hacer.
Si lo ves estrictamente necesario, hazlo, pero nunca utilices rastrillos, palas o cualquier otro elemento metálico que dañe el panel solar. Además, nieve o no, ten en cuenta los riesgos que supone subir al tejado o a la cubierta en la que los paneles están ubicados, sobre todo cuando la temperatura es baja y la nieve es más hielo que polvo.
Antes de nada, revisa la previsión del tiempo, si ves que hará sol los próximos días y los grados suben, no te arriesgues, deja que el sol derrita la nieve y caiga en forma de agua. Al fin y al cabo, un par de días sin generar energía no suponen el fin del mundo.
Si decides tirar para adelante y quitar tú mismo la nieve, sigue estos consejos para no desgracias los paneles de tu hogar.
Utiliza un trapo, agua y jabón para no provocar rayones en tus placas. Con echar un poco de agua tibia por encima de la nieve (si aún no es hielo) se derretirá en cuestión de segundos.
Otro método muy eficaz es utilizar una escoba o rastrillo (que no sea de metal). De hecho, existen rastrillos específicos para este tipo de materiales y tareas. En el caso de la escoba, asegúrate de que las cerdas sean suaves y no hagan rayones en los paneles.
Echa alcohol al hielo si ya es demasiado tarde. El agua ayuda a acelerar el proceso, pero el alcohol es más efectivo.
Claro está que este método no está pensado para grandes superficies. De ser así, coger una manguera y rociar la placa (a media intensidad) será la mejor opción. Eso sí, nunca lo hagas con agua si el exterior está bajo cero, puedes aumentar la capa de hielo y empeorarlo aún más.
Una solución no muy común y algo más complicado es aplicar calor directo con aire. Aquellas personas que dispongan de un soplador de hojas tienen la opción de expulsar aire, algo que acelera el proceso de derretimiento.
Sea cual sea el método que utilices, lo mejor es que lo hagas en compañía de otra persona debido al riesgo que supone subirse a la zona donde están instalados los paneles.
Si el refrán dice “más vale prevenir que curar” será por algo ¿no? Puedes adelantarte al peligro y reducir los efectos del nieve o la acumulación de hielo en las placas con unos sencillos pasos.
Instalar una protección contra la nieve. Ayudará a que la nieve que caiga de los paneles solares y del tejado, caiga de forma gradual y no en grandes trozos. Así evitarás que haya personas que puedan resultar heridas o materiales de nuestra propiedad que puedan quedar dañados.
Ubicación de los paneles. En situaciones de nevada, cuanto más alto esté colocada la placa solar, menor será el riesgo de que quede cubierta. Por el contrario, si están en el suelo, el riesgo de quedar cubiertas por completo es mayor.
En función del tipo de panel que tengas instalado en tu vivienda, la nieve puede tener un efecto u otro. Si vives en una zona de clima frío, en la que suele nevar a menudo y no sale mucho el sol, la mejor opción para ti es contar con la instalación de paneles solares monocristalinos.
Estos están fabricados con materiales preparados para aguantar las diferentes inclemencias meteorológicas (bajas temperaturas, peso de la nieve…). Esto se debe al proceso de fabricación en el que son probados ante situaciones de presión para ofrecer las mejores calidades.
Protege al máximo tus placas solares y consigue mejorar la eficiencia de tus placas solares. En caso de que quieras extender esa eficiencia a toda tu casa, aquí está EnergyGO. Entra en nuestra web o llama al 900 622 700 y deja que te informemos.