Al comprar un nuevo electrodoméstico o incluso mirar un piso una de las características que más importan es el certificado energético; eso de las letritas y el consumo.
La cosa es que, por mucho que leamos esa palabra por ahí o nos fijemos en las etiquetas, no sabemos leerla. No al menos si nadie nos la explica. Bueno, pues aunque en principio es bastante visual, por aquí te queremos echar un cable.
¿Estas buscando casa? Repasa estos consejos para aprender a leer el certificado energético de la vivienda. Recuerda que a la larga terminarás ahorrando mucha calefacción si eliges bien.
Este es un informe que tiene entre seis y ocho hojas (en función de la cantidad de propuestas de mejora que el técnico certificador quiera incluir) en la que aparece gran cantidad de información. Aquí te vamos a decir qué significa, punto por punto.
En la primera página, aparece el informe propiamente dicho. En ella sale la información sobre el inmueble a certificar. Estos son: con la dirección completa, año de construcción, normativa vigente, zona climática y referencia catastral.
También aparecen los datos del técnico que certifica la instalación (su titulación, datos identificativos…).
Otro dato que aparece en la primera página es el Indicador Global de Emisiones de CO2. Aquí es donde aparece la mítica letra o calificación del inmueble. Por lo general, la mayoría de las casas tienen entre una D y una E. Los que tengan una letra con “suspenso” deberían corregir los puntos débiles.
Para cerrar, el informe tiene que estar firmado con la fecha en la que se emite. Tras esta página llegan los diferentes anexos que se agregan al informe.
En este documento aparece la superficie, imagen y situación, además, aparecen los cerramientos que separan el espacio del exterior (fachadas, cubiertas, suelos, particiones, huecos y lucernarios).
Esto es muy importante porque marcan los puntos de fuga del calor en casa. Además, el técnico tiene que conocer la orientación, las sombras y toda la información que pueda afectar a los cerramientos.
Por último, en este anexo aparecen también las instalaciones térmicas que tienes en casa para producir agua caliente, frío y calor. En los edificios destinados a locales comerciales y oficinas también se tiene en cuenta el tipo de luminarias, la potencia y dónde están colocadas.
En este anexo aparece la calificación energética del edificio expresada en términos de dióxido de carbono que se libera a la atmósfera por el consumo energético del edificio.
También se refleja la envolvente térmica, o sea, la energía necesaria para que el edificio consiga llegar a las condiciones de confort. Estas vienen fijadas por la normativa, el Código Técnico de la Edificación (CTE) y el Reglamento de Instalaciones Térmicas de la Edificación (RITE).
En este anexo también se recoge la calificación parcial del consumo de la energía primaria. Como energía primaria se entiende toda la que procede de fuentes renovables y no renovables que no ha pasado por un proceso de conversión o transformación.
En este apartado se reflejan los indicadores que se pueden utilizar para la mejora de la calificación y la reducción de demanda de calefacción y refrigeración. El Anexo III también incluirá hasta tres opciones de mejora, que no son obligatorias, pero si recomendables.
Aquí será donde el técnico que realiza la visita describa todo el procedimiento que ha seguido, con las pruebas y toda la información que crea relevante o que debe aparecer. Esto es obligatorio desde que en 2013 se aprobó mediante RD que tiene que haber un certificado por parte de técnico.
Además de esta información, para entender por completo el certificado energético tendrás que saber qué quiere decir cada letra o qué las diferencia.
Por un lado, están las calificaciones A,B y C que indican un consumo de energía bajo. Mientras, la F y G está dirigida a los espacios con mayor consumo, contaminación y gasto económico.
La mayoría de las calificaciones por lo general están entre las letras D y E, por lo que estarían dentro del aprobado, aunque siempre habría cosas que mejorar.
Para que te hagas una idea, aquí te dejamos un gasto estimado de lo que harían los hogares en cuanto a la factura de la luz. Esto puede cambiar en función del precio de la luz, pero sirve como aproximación.
Esto te interesa sobre todo si estás buscando una vivienda de alquiler o para comprar. Tienes derecho (es obligatorio) a que el propietario te dé el Certificado de Eficiencia Energética de la vivienda.
Además, nunca está de más si le pides información sobre el consumo de los meses anteriores o incluso si te decir de cuánto fueron las facturas de los meses anteriores. Esto te interesa porque, aunque un piso sea barato, si luego los gastos son elevados, no te renta.
Acuérdate también de preguntar por el IPE a la empresa inmobiliaria. Esto es lo que aparece como Consumo Global de Energía Primaria dentro del Certificado Energético, Registro y Etiqueta Energética.
Este dato se mide en m2 y nos da un número para comparar el consumo energético de una vivienda y otra. Así es mucho más sencillo saber cuál contamina y gasta más dinero al más (con muchos matices).
Con todo este conocimiento estás ya preparado para conseguir el mejor ahorro en la factura de la luz de tu nueva casa o piso.
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