Caldera de condensación: ventajas y consumo energético

16 Diciembre 2021 13:00

Crees que es la única gran elección que debes hacer para ahorrar en tus facturas, pero resulta que solo es el principio del viaje sostenible. Te quedas con la calefacción a gas por encima de la calefacción eléctrica. Bien, ¿y ahora qué?

Es verdad que el precio del gas es inferior al de la electricidad, pero eso no va a derivar directamente en un ahorro para tu bolsillo. Dentro del mundo de los sistemas de calefacción con esta materia prima hay una gran cantidad de alternativas.

Estufas, chimeneas, suelo radiante… La lista es casi infinita. Y ya si nos metemos en el mundo de las calderas, pues podríamos estar horas y horas hablando de sus opciones. No hace falta que te digamos que no tiene nada que ver un aparato de hace 20 años que uno actual.

De hecho, la etiqueta de eficiencia energética de los hogares depende en gran medida del tipo de caldera que se tiene instalada. Renovar el aparato puede hacer que ese rojo peligroso pase a un verde clarito sin ningún otro cambio sobre la infraestructura.

Así de importante llega a ser la caldera dentro de los sistemas de calefacción a gas. Por eso en este artículo no queríamos dejar de hablar de una de las alternativas más interesantes para quienes buscan ahorrar energía y dinero.

Nos referimos a la caldera de condensación. ¿Qué es? ¿Cómo funciona? ¿Ofrece la caldera de condensación ventajas suficientes como para tumbar otras tecnologías? Vayamos paso por paso.

Qué es una caldera de condensación

Como su propio nombre indica, la caldera de condensación es un aparato capaz de producir agua caliente a baja temperatura (40-60 grados) para generar calor. Esto lo hacen aprovechando la energía latente de los humos de la propia combustión.

¿Creías que todas las calderas lo hacían? La realidad es que no. Este tipo de sistemas viene tipificado por el Real Decreto 275/1995, para evitar tecnologías mixtas o engañosas de cara al consumidor. De hecho no podrías ni aunque quisieras, comprar una caldera diferente.

La normativa europea ErP prohibió en 2015 la venta de este tipo de aparatos por el grave impacto que tenían sobre el efecto invernadero. Si tienes una en casa es porque tiene ya unos cuantos añitos encima. Cuando la cambies te pasarás obligatoriamente a la caldera de condensación.

Hoy, las leyes comunitarias y nacionales exigen que todas las calderas de hasta 70kW de potencia tengan unos rendimientos superiores al 86%. O lo que es lo mismo, que encajen en los requisitos de la calificación energética B.

Las demás, las que no son calderas de condensación, dejan salir los humos de la combustión a temperaturas increíblemente elevadas (de hasta 120 grados). Y como te podrás imaginar, todo eso es energía que se desperdicia, contaminando además el ecosistema.

Si la caldera de condensación se ofrece como una alternativa más sostenible es porque, aunque siguen desprendiendo gases para funcionar, lo hace manejando temperaturas muy inferiores (de unos 45 grados).

caldera de condensación

Cómo funciona una caldera de condensación

Hemos explicado por qué una caldera de condensación es más sostenible que una caldera convencional, pero no cómo llega hasta ahí. ¿De dónde sale esa condensación? ¿Por qué son tan peligrosos esos gases para el medioambiente?

Recapitulando, los gases hidrocarburos están compuestos por carbono e hidrógeno. Al contacto con el aire sufren una reacción química que los convierte en una mezcla de dióxido de carbono y agua en estado gaseoso.

La caldera aprovecha la energía resultante para generar calor y elevar la temperatura del hogar. Lo consigue comprimiendo todo ese vapor a altas temperaturas. Para que te hagas una idea, 1kg de agua condensada equivale a 2.260 kJ.

Para conseguir tiro térmico y prevenir la formación de ácidos perjudiciales, las calderas convencionales expulsan los gases sobrantes al exterior. Esta fue la única solución posible a la ecuación hasta que aparecieron en escena alternativas sin azufre como el gas natural o el GLP.

La caldera de condensación aprovecha la energía latente de los mencionados 2260 kJ calentando el agua a una temperatura inferior (unos 60-70ºC frente a los 90ºC de sus homólogos). Eso permite aprovechar el calor que antes se utilizaba para llegar al mínimo requerido por el tiro. Vamos, que reducen emisiones.

Como única pega, al reducir el tiro térmico del conducto de gases, este tipo de aparatos necesitan de ventiladores para mover los gases y evitar que se acumulen dentro de la cámara de combustión.

Consumo de la caldera de condensación: ¿cuál es su eficiencia?

Y por fin llegamos al quid de la cuestión. No hemos parado de decir que la caldera de condensación es más sostenible y que consume menos. Bien, pues ha llegado el momento de explicar con detalles por qué.

Para eso volvemos sobre dos términos: el PCI y el PCS.

  • PCI o Poder Calorífico Inferior: variable que indica la cantidad de energía calorífica que se puede producir con una cantidad determinada de combustible.
  • PCS: PCI más un porcentaje de calor agregado de la condensación de vapor (calor latente).

La caldera de condensación es especial porque a diferencia de otros sistemas, hace uso tanto del PCI como del PCS. Este último supone un diferencial de calor del 11% respecto al PCI, que se suma al total para lograr un rendimiento superior.

CALDERA DE CONVENCIONAL

CALDERA DE CONDENSACIÓN

Rendimiento energético

90%

109%

PCI

100%

100%

Pérdida de humos

10%

2%

Reutilización de
calor latente (PCS)

0%

11%

Ventajas y desventajas de la caldera de condensación

Aunque es imposible actualmente comprar una caldera que no sea de condensación, sigue teniendo sentido exponer todas sus ventajas y desventajas. Por que sí, no hay ningún sistema de calefacción perfecto y esta tecnología no es la excepción.

Eso sí, hay más pros que contras. Por eso ni teniendo dudas tendría sentido que valorases otra opción que no fuera esta. ¿Que prefieres un calentador? Echa un vistazo a la siguiente tabla.

VENTAJAS DESVENTAJAS
Necesitan poca potencia para
funcionar y no caen en la dualidad
"todo o nada". Hay gradación.
Son más caras que otros
aparatos con mismos fines
Tienen un rendimiento energético
superior y por lo tanto consumen
menos.
Requieren de un desagüe para
los líquidos que quedan tras
la combustión.
Permiten un ahorro de hasta el 30%
en las facturas del gas.
Son menos contaminantes porque
utilizan menor cantidad de
combustible.
Ofrecen una gran fiabilidad
Trabajan de forma completamente
silenciosa
Son resistentes a la corrosión y
demandan menos mantenimiento

¿Estás pensando en cambiarte a una caldera de condensación? Entonces deberías valorar algunos de los factores sobre los que pone la lupa la OCU para evitar engaños y errores:

  • El ahorro energético que consigue cada aparato
  • Qué potencia requiere para que funcionen en ACS y calefacción
  • La durabilidad de cada una, calidad de materiales y posibles averías
  • El tipo de gases contaminantes que generan y cómo se reciclan
  • Si son ruidosas o silenciosas
  • La facilidad de uso de sus teclas y controles

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