Vivir en piso o chalet: qué opción es más sostenible

No hace falta ser un genio para saber que no se consume ni la misma luz ni el mismo gas en un piso que en un chalet. El primero es más pequeño y está resguardado por arriba y por abajo; el segundo no.

La cosa no es simplemente decir que vivir en piso o casa es más o menos sostenible, sino saber de cuánta diferencia energética estamos hablando. Se sobreentiende que quien se va a vivir a una vivienda unifamiliar tiene mayor renta y no le importa el sobrecoste.

Pero aún así, en un contexto de crisis climática y de inflación con el tema de la electricidad, este tipo de cuestiones son superinteresantes para quienes están pensando en recortar un poco las facturas a final de mes.

Y qué mejor forma de hacerlo que incluso antes de comprarse una casa. En este artículo te damos cifras medias y te contamos qué opción es más sostenible: si el piso de toda la vida o el chalet más grande y sofisticado.

Vivir en piso: consumo energético

Un piso siempre —o casi siempre— va a ser más sostenible que un chalet o vivienda unifamiliar. No hay más que aplicar la lógica: cuánta más superficie, más energía se necesita para mantener la comodidad. Residir en un chalet se basa principalmente en eso.

Pero ojo, no es lo único que influye aquí. El piso suele estar protegido a nivel de aislamiento tanto por arriba como por abajo. Esto significa que la vivienda superior y la inferior —si no resides en un bajo o un ático— ceden parte de su calor a la propia casa.

Eso significa que la caldera tendrá que realizar menos esfuerzo y que cualquier otro tipo de suministro energético se verá parcialmente compensado. ¿De cuánta energía estamos hablando? Para esto podemos irnos a los propios datos que nos ofrece IDAE.

Vivir en piso o casa: no importa cuando la vivienda es sostenible

La elección del tipo de vivienda no suele estar condicionada por el consumo energético. Las personas elegimos nuestra casa en función del presupuesto que nos podemos gastar, de la ubicación y de elementos como la terraza, el número de habitaciones o la luz.

Por eso no tiene sentido castigarse por estar consumiendo más energía de la que indican las medias. Para ahorrar en la factura de la luz al final siempre es más interesante seguir los consejos de eficiencia que ya conocerás:

• Sistema de calefacción eficiente: Por aerotermia y/o suelo radiante. La mejor opción es la de los paneles solares o la geotermia, pero son opciones más caras y complejas.
• Aislamiento: Si se puede, entrar en una reforma integral de la vivienda para instalar rotura de puente térmico, ventanas climalit y puertas gruesas.
• Hábitos diarios: Es el esfuerzo complementario para que la casa puede ahorrar. Nos referimos a no abrir las ventanas en invierno, a aprovechar la radiación solar y a intentar ser responsables tanto con la temperatura de la calefacción, como del aire acondicionado.

Recuerda que la discriminación horaria, si estás en el mercado regulado, es una oportunidad de oro para ajustar esas ineficiencias que te estaban haciendo gastar más de lo normal. Ah, y evita compararte con ejemplos genéricos o con el vecino.

El número de inquilinos, las costumbres y las necesidades energéticas generales son únicas en cada caso. Eso sí, vas a salir perdiendo siempre en el supuesto de que residas en un chalet y quieras gastar como en un piso.

Lógicamente, el debate no tiene sentido si nos metemos en el mundillo de las casas pasivas y los techos verdes. Ahí las inversiones se disparan y los consumos se reducen drásticamente. Pero entendemos que no has venido a leer este artículo por eso.

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