¿Qué es una cocina de bajo consumo?: definición y claves

15 Noviembre 2021 - Actualizado 14 Febrero 2023
Cocina de bajo consumo, cómo ahorrar energía en la cocina

Si alguien te pregunta qué harías para ahorrar energía ¿qué responderías? Probablemente empezarías a hablar de los electrodomésticos, del stand by, o ahora en invierno de la calefacción y el agua caliente.

No te estarías equivocando, pero sí dejando fuera de la ecuación una partida muy importante del gasto de electricidad y gas: la cocina. De acuerdo con datos de IDAE, nuestra actividad en este espacio de la casa se lleva nada más y nada menos que el 7,4% de toda la energía consumida.

Sí, nos cuesta más conservar los alimentos y cocinarlos que, por ejemplo, tener unas bombillas poco eficientes en la habitación. Por eso en los últimos años, al hilo del boom por las energías renovables, se ha popularizado tanto el concepto “cocina de bajo consumo”.

Aunque lo parezca, esto no se refiere a un tipo completamente nuevo de cocina, con secretos desconocidos para ahorrar energía. Se trata de afrontar el mismo espacio, con la misma tecnología de base, pero aplicando objetivos distintos.

Es decir, que montes tu cocina pensando en los electrodomésticos más sostenibles, las prácticas de elaboración de platos más responsables con el gasto, y la distribución de elementos más interesantes desde el punto de vista energético.

Una cocina de bajo consumo es aquella que conjuga distintas estrategias de eficiencia y las presenta en un espacio práctico para el día a día. Y de todo eso es de lo que precisamente vamos a hablar en este artículo.

¿Qué es una cocina de bajo consumo?

Se la conoce tanto como “cocina de bajo consumo” como “cocina eficiente”, y como acabamos de mencionar, es aquella configurada con herramientas y planteamientos eficientes desde el punto de vista energético.

Si te acabas de comprar una casa y te enfrentas al montaje de este espacio de la vivienda, entonces lo más seguro es que puedas optar a las opciones más sostenibles desde el principio. El resultado final será la mencionada cocina de bajo consumo. Pero ¿qué pasa si no es así?

Quizás lo que quieras es ahorrar un poco de electricidad y gas en una cocina de toda la vida. Pues bien, podrás cambiar la nevera, dejar de usar tanto el horno y aprovechar ciertos truquillos con la temperatura. Y sí, todo eso te ayudará a ahorrar.

Pero no estaríamos frente a una cocina de bajo consumo, porque para eso todos los elementos presentes deben reunir las características específicas de siempre: una buena calificación energética en el etiquetado, programas ECO, buen aislamiento, etc.

Eso sí, que no puedas optar a una cocina de bajo consumo en su completa definición no implica que debas dejar de lado el esfuerzo por ahorrar. Solo eso ya te permitirá recortar bastantes euros de las facturas.

Cómo obtener una cocina de bajo consumo

¿Y si nos ceñimos únicamente al apartado de la cocina? Es decir, al que hace referencia al cocinado de los alimentos. Hay quienes también entienden la cocina de bajo consumo como un sistema de cocción sostenible con el medioambiente.

En ese caso hay que desmontar un mito muy propagado: mayor potencia no es siempre sinónimo de mayor gasto. Has de recordar que el gasto eléctrico se calcula multiplicando la potencia por el tiempo de consumo.

Por lo tanto, podemos optar por sistemas con más potencia energética, pero a la vez más efectivos. Eso quiere decir que en menos tiempo conseguirán lo mismo que otros aparatos menos potentes. A la larga, la inversión será menor, o por lo menos necesitará algo de contexto.

De esa forma, a la hora de sacar partido a la cocina, es más importante vigilar el tiempo, la preparación previa de los alimentos y las pérdidas de temperatura, que el numerito que ponga en la ficha técnica de uno u otro sistema.

Partiendo de esta premisa, hay que tomar una decisión importante en el montaje de una cocina de bajo consumo: ¿cocina de gas, vitrocerámica o inducción?

Eligiendo la cocina de bajo consumo

Lo normal en una vivienda algo antigua es todavía tener esos fogones pesados y aparatosos en casa. Antiguamente la cocina a gas era la única disponible, es verdad. En la actualidad, no obstante, hay dos posturas diferenciadas frente a ella.

Están quienes la defienden por el “sabor especial” que le da a los platos ese tipo de cocción, y quienes reniegan de ella por sus problemas de comodidad y su riesgo para la salud. ¿Hasta qué punto esto es cierto?

Pues bien, si atendemos a lo mencionado en el anterior apartado: depende. Igualmente hay otros muchos elementos que te pueden interesar a nivel de ventajas y desventajas si estás dudando con tu cocina de bajo consumo.

Ventajas y desventajas de las placas de cocina de bajo consumo

Es limpia, fácil de utilizar y ofrece un suministro infinito. La vitrocerámica es la opción favorita de las constructoras a la hora de configurar una vivienda porque resultan mucho más sencillas de vender. De hecho, la tendencia general es abandonar el gas en favor de la electricidad.

Claro, que, con la subida de precios que estamos viviendo, lo lógico es que tengas dudas. Este tipo de cocina funciona calentando con electricidad unas resistencias internas; un proceso que demanda mucho esfuerzo y no es precisamente lo que se dice “sostenible”.

No podemos decirte un gasto concreto porque depende del uso que le des y a la hora qué cocines (recuerda los tramos horarios). Pero sí te aseguramos que la potencia total de la vitro anda entre los 3500W y los 7500W. Cada fuego varía dependiendo de su tamaño.

VENTAJAS DESVENTAJAS
Instalación asequible Consumo de electricidad
elevado
Se enfría de forma progresiva
(permite aprovechar el calor
residual)
Incómodo para situaciones
con poco tiempo
Compatible con todo tipo de
olla y sartén
Se ralla y estropea con
mucha facilidad
Muchos modelos incluyen
temporizador y programas
Induce a peligro por mantenerse
caliente incluso apagada.
Fácil de limpiar

Ventajas y desventajas de la cocina de bajo consumo de inducción

En apariencia es idéntica a la vitrocerámica de toda la vida; en la práctica tiene un funcionamiento completamente distinto. Hablamos de la cocina de inducción, un sistema que presenta la misma disposición siguiendo unos procesos químicos diferentes.

Dicha tecnología hace uso del fenómeno “inducción electromagnética”. En lugar de calentar una resistencia, se emplea un imán que genera un campo magnético mediante electricidad, y termina traspasando la temperatura al componente metálico superior.

Las potencias de las cocinas de inducción son similares a las vitrocerámicas, pero se estima que consumen en torno a un 20% menos de electricidad. ¿Cómo? En esencia, siendo mucho más eficientes y conservando mejor la temperatura generada.

ventajas desventajas
Calienta casi al instante Tiene la instalación más cara
de todos los tipos de cocina
Resulta mucho más segura
(no quema al contacto)
Solo funciona con sartenes y
ollas específicas
Es mucho más eficiente (en
torno a un 50% más que la vitro)
Curva de aprendizaje más
pronunciada: tendrás que volver
a entender cómo cocinar
Ofrece mayor precisión con
la temperatura y los programas
Función ultrarrápida: resulta ideal
para cocer agua

Ventajas y desventajas de la cocina a gas de bajo consumo

¿Desterramos entonces definitivamente la idea de una cocina a gas? Desde luego que no. Si no te importa la suciedad, el mayor nivel de peligrosidad y la obligación de llevar al día el mantenimiento del sistema, entonces este sistema es el más interesante.

Esto se debe a que el precio del gas es muy inferior al de la electricidad. Con esa simple premisa ya cualquier argumento en su contra pierde validez. Pero es que podemos ir más allá, y afirmar que la alternativa de Gas Natural también es mucho más barata en su instalación.

Si hubiésemos de poner a las placas de cocina, la inducción y el gas, podríamos decir que este último es el más atractivo a nivel de coste. La inducción aumentaría un 20% el precio, y la vitrocerámica un 30% (hablando siempre de medias).

200g de CO2 por cada kWh de potencia, mientras que una vitrocerámica produciría más del doble.

ventajas desventajas
Sostenible: solo emite
unos 200g de CO2/kWh (la
vitro genera el doble)
Es la opción más sucia e incómoda
de todas
Funcionamiento rápido: los alimentos
se cocinan a gran velocidad.
Resulta peligrosa tanto por la gestión de
las llamas como por las posibles
fugas de gas
Mucho más baratas: el precio del
gas está muy por debajo del de la
electricidad
Requiere más espacio para almacenar la
bombona de butano (si no es de Gas Natural)
Apto con cualquier tipo de olla y
sartén (incluso cafeteras y otros
recipientes metálicos o de barro)
Mayor necesidad de mantenimiento: ha de
ser periódica e ir en regla con las normativas
Menor consumo: la transformación de
energía es primaria (llama en contacto)
Instalación sencilla en espacios con hornos
ya colocados (requiere de un técnico).

¿Buscas una cocina de bajo consumo? Si has llegado hasta aquí ya sabes lo que tienes que hacer. Empieza cambiando tus hábitos a la hora de preparar tus platos, elige los mejores electrodomésticos y opta por el sistema de cocción más eficiente.

Si finalmente te decides por la electricidad, desde IDAE te recuerdan que lograrás ahorrar al año hasta 270 euros con la cocina de inducción. Increíble ¿verdad? Tras eso ya solo te quedará apostar por la comercializadora más alineada con tus intereses de sostenibilidad.

Entra en nuestra web o llama al 900 622 700 y disfruta de tus pasiones gastronómicas con la energía 100% limpia y nacional de EnergyGO.

Además, hasta el próximo 17 de noviembre, si decides dar el paso disfrutarás de un descuento de 50 euros en tu factura de la luz, repartidos en 5 descuentos de 10 euros al mes durante los primeros cinco meses desde la activación.

Artículos relacionados