Con tantas y tantas opciones en el mercado es normal que tengas dudas a la hora de elegir un sistema de calefacción para casa. Eso incluye al sistema central y a todos los emisores y aparatos relacionados con la generación de calor, como el termo eléctrico. Veamos cuánto consume y cómo maximiza tu ahorro.
Y es que, al hablar de la factura del gas, aunque se tiende a pensar únicamente en la mencionada calefacción, durante los meses de invierno el 38,2% de su coste proviene del agua caliente (ACS). Increíble, ¿verdad?
Aunque la calefacción sigue siendo la protagonista del consumo energético, el ACS puede llegar a resultar mucho más peligroso para nuestro bolsillo. De acuerdo con IDAE, si tienes calefacción eléctrica esta partida puede llegar a representar más del 80% de la factura.
Por ello, en este artículo vamos a intentar cifrar cuánta energía consume un termo eléctrico. Con la electricidad calculada entonces ya podremos pensar en ahorrar y apostar por distintas estrategias de sostenibilidad.
Qué fácil sería decir un número concreto. El consumo del termo eléctrico es relativo. Repasemos su funcionamiento: la electricidad calienta una resistencia interna y lleva la temperatura del agua hasta los 60ºC aproximados.
A partir de ese momento la energía consumida se reduce al mínimo (el esfuerzo ya está hecho). Sin embargo, esa temperatura se irá perdiendo poco a poco por el intercambio de calor con el entorno y por la misma salida de ACS hacia el sistema.
El aparato cuenta con unos sensores que identifican ciertos umbrales óptimos de rendimiento. Por eso cuando el agua comienza a enfriarse vuelve a encenderse y repite el ciclo. Así hasta el infinito (o hasta que cortes el grifo/ducha).
Para calcular cuánta energía consume un termo eléctrico durante dicho funcionamiento debemos considerar variables algo complejas y volátiles:
Hay termos eléctricos de bajo consumo que han sido diseñados para ser más eficientes y consumir menos energía. Esto se debe a su aislamiento térmico mejorado y a sus sistemas de control de temperatura, que son más precisos.
En términos generales, usar un termo eléctrico de bajo consumo puede suponer un ahorro de hasta un 20% de energía en comparación con un termo convencional. Por lo que, dependiendo de sus características generales, ten en cuenta que gastará ese 20% menos que su equivalente de consumo normal.
Estas cifras son estimaciones que pueden variar según el uso real y las condiciones específicas del hogar, como la frecuencia de uso, la eficiencia del modelo, y otros factores ambientales y de instalación.
No te líes con fórmulas raras ni metodologías inventadas. Ni siquiera necesitas la ayuda de un técnico para calcular el consumo energético del termo eléctrico. Siguiendo el sentido común se suelen manejar dos métodos distintos (si no te funciona uno, apuesta por el otro).
Revisa la ficha técnica del termo eléctrico en busca de los vatios (W) que necesita la resistencia para calentar el agua. Ahora multiplica ese número por la cantidad de horas que estará funcionando al día.
No hace falta que sea una cantidad exacta porque estamos mirando medias. Esto solo sirve para hacerse una idea aproximada de lo que te va a costar el ACS durante el invierno. Lo que obtendrás de la operación será el precio kW/h diario del aparato.
¿Quieres conocer el consumo mensual? Solo tienes que multiplicar esa cifra por 30. No te recomendamos tratar de calcular el gasto anual porque no se consume la misma cantidad de agua caliente durante los doce meses.
Es parecido al anterior, pero tiene en cuanta la volatilidad del mercado mayorista de la luz. Apunta el consumo en kW/día que indican todos los fabricantes en la ficha técnica del termo eléctrico. Ahora es momento de multiplicar ese valor por el precio del kW/h en el mercado.
Ten en cuenta que ahora las cifras cambian hora a hora durante la jornada. Para no desvirtuar los resultados debes tomar como referencia el precio medio de dicho día. Es algo que puedes consultar en Internet y siempre con un día de antelación (para saber lo que gastarás).
Dicho esto, pasa la potencia de W a kW dividiendo entre 1000. Por otro lado, divide los minutos entre 60 y súmale las horas correspondientes. Multiplica tiempo por potencia y listo. Ya tendrás los kWh.
Haciendo un mix, supongamos que tenemos un termo eléctrico con capacidad de 100 litros. Su potencia es de 1500 W (1,5 kW) y se pasa 2 horas y media funcionando al día (2,5 h). Su consumo en kWh, por tanto, es:
1,5 * 2,5 = 4,5 kWh
Lo siguiente es multiplicar el resultado por el precio medio de la electricidad. Como referencia tomamos el del día 3 de diciembre de 2021. Así tenemos 4,5 kWh * 0,2986 €/kWh = 1,3 euros/día.
Pero la cosa no termina ahí. El termo eléctrico también consume algo de energía cuando está en reposo. Nos referimos a la “dispersión térmica” que al mes te puede suponer un importe simbólico de unos 15 céntimos.
Recuerda que esto son solo promedios y que el gasto de tu termo eléctrico puede variar mucho. En nuestros cálculos además no estamos teniendo en cuenta el propio coste, el agua ni los litros consumidos del tanque (se estima que son unos 30 l por persona).
En cualquier caso, ya sabes que el consumo del termo eléctrico no es algo que podamos despreciar si estamos intentando ahorrar energía. Por eso te recomendamos que vigiles el uso que haces del ACS, y que acompañes a tus hábitos con una tarifa eléctrica a la altura.
Ahorrar energía con un termo eléctrico no solo es posible, sino también esencial para una gestión económica y ambientalmente sostenible de tu hogar. Aquí te damos algunas estrategias clave:
Comprender y gestionar el consumo del termo eléctrico es crucial para reducir las facturas de energía y contribuir a un planeta más sostenible. Con las estrategias adecuadas, puedes disfrutar de confort en tu hogar sin que tu bolsillo lo resienta.
Usar un termo eléctrico para calentar agua tiene un coste asociado, ya que consume energía para ello. Dependiendo de factores como la potencia del termo, la temperatura a la que calientas el agua y el tiempo que lo uses, tu factura de la luz será mayor o menor.
Pero, por ejemplo, si la necesidad es un equipo para calentar agua sanitaria únicamente durante unos meses concretos del año, será más interesante decantarte por la instalación de un termo eléctrico, al no tener que pagar dos facturas de suministro cuando no se utilizan durante el resto del año.
Es la opción más aconsejable si tu hogar únicamente cuenta con electricidad. Estos equipos conservan el agua caliente en un depósito hasta que se va a consumir. Pero debes tener en cuenta que un uso continuo del termo eléctrico puede aumentar considerablemente tu factura de la luz.
Puedes pensar que una vez comprado e instalado el termo no tienes nada más que hacer, pero no es así. El uso que hagas del termo eléctrico determinará cuanto dura su vida útil y en qué condiciones. Vamos a darte algunas recomendaciones para que lo uses correctamente en tu rutina diaria.
Empieza por evitar baños largos, ya que reduces no solo el gasto de agua, si no también el consumo de energía necesario para calentarla. Ten en cuenta que baños más largos implican más agua caliente, lo que se traduce en más trabajo para el termo eléctrico.
También puedes instalar filtros aireadores en los grifos, ya que gastarás mucha menos agua. Además, si quieres mejorar la eficiencia de tu termo, te recomendamos instalarlo en un área central respecto a los puntos de uso más frecuentes de uso de agua, como el baño o la cocina.
También es aconsejable que se encuentre en un lugar con buen aislamiento térmico para evitar cambios bruscos de temperatura. Y, por último, queremos recomendarte que ajustes adecuadamente la temperatura del termostato del termo. Lo mejor es que esté sobre unos 45-50ºC.
Elegir una buena tarifa de luz es imprescindible para ahorrar en tu factura de la luz, sobre todo si usas un termo eléctrico.
La mejor opción es, dentro del mercado libre, las tarifas con descuentos en ciertas horas del día que ofrecen las compañías eléctricas son muy beneficiosas para quienes usen termos eléctricos, ya que podrán calentar el agua a un precio más bajo durante las horas valle. Pero no es la única opción.
Dentro del mercado regulado, existe la tarifa PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor), que cambia durante todo el día y refleja el precio real de la electricidad en el mercado mayorista. Eligiendo este tipo de tarifa, podrás aprovechar las horas más baratas para calentar el agua.
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