Trucos para ahorrar energía trabajando en la oficina
10 Febrero 2022 - Actualizado 14 Diciembre 2023
Es complicado hablar de energía para las empresas sin reducir la cuestión al reto de los costes en la industria. En este cupo, no obstante, entran también las miles de oficinas que, o se han resistido al teletrabajo, o han vuelto a la presencialidad tras la pandemia.
En 2019, último año del que se tienen datos del INE, tan solo el 25% de toda la energía eléctrica consumida fue a parar a los hogares. La economía, por su parte, se llevó un 69,67% de la tarta; porcentaje mucho más pesado e importante a nivel nacional.
Las empresas, a diferencia de lo que sucede en casa, incluyen los costes energéticos en sus previsiones de gastos. Una oficina promedio sabe que necesita electricidad para iluminar, hacer funcionar la ofimática y mantener los electrodomésticos. ¿Por qué entonces nos solemos olvidar de ahorrar energía en el trabajo?
Tendemos a pensar que como el coste se traslada a la empresa, nosotros no tenemos ninguna responsabilidad en si la factura de la luz es mayor o menor. El problema es que los negocios también se enfrentan a la subida de los precios energéticos del mercado mayorista, y eso puede terminar repercutiendo en la progresión salarial.
No sorprende que, de acuerdo con la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), el coste energético que asumen las industrias para operar haya aumentado del 60 hasta más del 75%. ¿Cómo podemos ayudar desde nuestro rincón de la oficina?
La respuesta es bien sencilla. Basta con trasladar la conciencia de ahorro y sostenibilidad que ya cultivamos en casa, al día a día de la jornada laboral. En este artículo te contamos cómo ahorrar energía en el trabajo sin inversiones o grandes esfuerzos estratégicos.
Primer paso para ahorrar energía en el trabajo
Monitorizar es sinónimo de ahorrar. No puedes recortar el consumo de energía de tu empresa si no sabes exactamente cuanta electricidad y gas se consume; cuáles son los principales focos de demanda; cuántos usuarios protagonizan el manejo de los aparatos de consumo.
¿Quieres consejos para ahorrar energía en el trabajo? Pues empieza analizando la situación del negocio. Revisa las facturas y calcula el coste que supone la luz y la calefacción cada mes. Identifica cuál es el periodo del año en el que deberías hacer un mayor esfuerzo de sostenibilidad.
¿Tienes muchos ordenadores? ¿Algún aparato específico de tu sector? Responder a todas estas preguntas te permitirá adoptar medidas concretas para recortar el despilfarro en esas áreas críticas.
Ten en cuenta que la comunicación es fundamental para conseguir tus objetivos energéticos. El ahorro de energía en la empresa no es cosa de una sola persona, sino que requiere de la colaboración de toda la plantilla.
"En muchos casos, lo más complicado puede ser lograr acuerdos entre las personas que utilizan espacios en común, a la hora de seleccionar los niveles de temperatura e iluminación adecuados", explica IDAE. Resumiendo: monitoriza y comunica.
Consejo 1 para ahorrar energía en el trabajo: luz
El objetivo debe ser proporcionar una iluminación suficiente como para que los empleados rindan de forma eficiente y sin fatiga, al mismo tiempo que se procura evitar el derroche y el exceso de potencia. Ten en cuenta que la luz puede llegar a suponer el 30% de todo el consumo energético de la empresa.
IDAE asegura que ya solo por sustituir las lámparas y bombillas por tecnologías más eficientes se puede conseguir hasta a un 50% de ahorro en el consumo destinado a la mencionada iluminación. ¿Qué medidas podemos adoptar en este sentido?
Aprovecha la luz natural: recoloca todo objeto que obstaculice la luz que entra por las ventanas. En ese sentido, lograrás reducir el consumo situando las mesas y sillas cerca de las propias ventanas. Claro, procura mantener las persianas siempre subidas.
No te olvides de apagar las luces: en Reino Unido entorno a la mita de las empresas dejan las luces encendidas durante los fines de semana. Increíble ¿verdad? Trata de utilizar solo las bombillas imprescindibles, instando con carteles a que empleados no se olviden. Con ello conseguirás reducir el consumo hasta un 10%.
Sustituye las bombillas: las lámparas de bajo consumo y los tubos fluorescentes consumen en torno un 75% menos de energía que las homónimas incandescentes. Además emiten solo una cuarta parte de su calor y duran ocho veces más.
Instala controladores de iluminación: apuesta por detectores de presencia en zonas de paso, apuesta por luces localizadas en los puestos de trabajo y valora colocar reguladores de intensidad próximos a ventanas. Ahorrarás del 15 al 50% de energía.
Realiza un mantenimiento correcto: las lámparas se van ensuciando con el paso del tiempo. Eso provoca que necesiten más energía para iluminar lo mismo. Planifica un mantenimiento periódico para evitarlo.
Revisa las luces de emergencia: esta iluminación está constantemente encendida. Aunque son bombillas de muy baja potencia, sustituyéndolas por alternativas de LED conseguirás también recortar bastante la factura.
En una oficina decorada sin excesos habrá mejor aprovechamiento de la luz ¡Ahorra energía y dinero! pic.twitter.com/PqJ69vCtl0
Consejo 2 para ahorrar energía en el trabajo: climatización
No es ningún misterio para las empresas que la temperatura de la oficina influye directamente sobre la productividad de los empleados. La INSHT asegura que hay que mantener unos rangos específicos para asegurar el confort de la plantilla:
Refuerza las ventanas: es uno de los puntos críticos del aislamiento. Por cada m2 de superficie se pierden 12kg equivalentes de gasóleo. Por eso es recomendable apostar por el doble cristal y la rotura de puente térmico (mediante carpintería).
Optimiza los toldos y las persianas: protege las ventanas en invierno con estos elementos. En caso de tener fachada con orientación sur, lo más seguro es que tengas que valerte de toldos y otras protecciones para evitar el calor en invierno.
Busca la ventilación natural: al distribuir mejor el espacio de trabajo conseguirás que haya corrientes internas entre ventanales (sobre todo a primeras horas de la mañana). IDAE explica que estas consiguen que "las temperaturas se mantengan en niveles de confort en verano".
El resto del día, las ventanas cerradas: no tiene sentido poner la calefacción o el aire acondicionado si tenemos ventanas y/o puertas abiertas. Trata de concienciar a los empleados para que no desperdicien la energía.
Vigila los termostatos: la variación de 1ºC en la temperatura supone un ahorro del 6 - 10% de energía. Por eso es aconsejable no dejar a los empleados la responsabilidad de gestionar estos controladores.
Apaga los dispositivos inactivos: se tiende a dejar encendidas las fotocopiadoras, escáneres y demás aparatos auxiliares. Debes saber que estos, además de consumir electricidad, generan un calor que impacta en el gasto de aire acondicionado durante el verano.
Despeja los radiadores: es habitual que los emisores de las oficinas estén escondidos en armarios, sepultados bajo carpetas, y en definitiva, recluidos a una posición espacial molesta. Está bien que los regules con válvulas termostáticas, pero también que los mantengas despejados.
Programa la climatización: de esa forma evitarás que la calefacción y el aire acondicionado se queden encendidos durante toda la noche. IDAE estima que hasta un 50% de la energía consumida se registra fuera del horario laboral. ¿Puedes calentar o enfriar la oficina por zonas? Mucho mejor.
Consejo 3 para ahorrar energía en el trabajo: ofimática
Seguramente es lo primero que se te ha venido a la cabeza cuando hemos dicho "cómo ahorrar energía en el trabajo". Ordenadores, impresoras, faxes, fotocopiadoras; todo ello supone en torno al 20% del consumo de electricidad en la oficina. Solo los PC representan la mitad de ese porcentaje.
Vale que hay dispositivos que no podemos apagar por cuestiones meramente prácticas, pero hay otros muchos que sí. Ignorar esta partida energética solo porque es compleja supone una gran irresponsabilidad de cara a la sostenibilidad; porque gastan electricidad y nos obligan a consumir más en aire acondicionado.
Los ordenadores, solo cuando son necesarios: apágalos en pausas de más de una hora (no los dejes en stand-by porque siguen consumiendo). Suspéndelos cuando el descanso sea inferior a 30 minutos, y ponlos a hibernar en paradas mucho más largas.
Portátiles mejor que sobremesa: los ordenadores portátiles consumen un 50% menos que los equipos de sobremesa en el mismo periodo de tiempo. Actualmente esta disposición ya no supone renunciar a potencia o capacidades.
Vigila los monitores: es recomendable apagarlos en paradas de más de 10 minutos, ajustar el nivel de brillo (para ahorrar entre un 15 y un 20% de energía, y prolongar un 40% la duración de la batería), y elegir imágenes en negro para el salvapantallas (recortarás un 25% el consumo).
Acaba con el stand-by: el consumo fantasma es uno de los principales enemigos energéticos de las empresas. Un dispositivo en stand-by puede llegar a consumir un 15% de la electricidad que gastaría en modo normal. Busca todos los pilotos y apágalos. ¿Tienes enchufes inteligentes? Abusa de ellos.
Optimiza las impresoras: los modelos que funciona con inyección de tinta consumen un 80% menos de energía que las alternativas láser. Eso para empezar. Intenta imprimir siempre a doble cara, configura un apagado centralizado de todos los equipos y dale prioridad a la nube por encima del papel en físico.
Cuidado con las fotocopiadoras: estos aparatos suelen ofrecer 1kW de potencia, por lo que su impacto en la factura no es irrelevante. Procura acumular trabajos antes de enviarlos, configura el modo de ahorro de energía si lo ofrece y trata de instar a que los empleados apaguen el dispositivo cuando se marchen de la oficina.
Consejo 4 para ahorrar energía en el trabajo: ascensores
¿Creías que no tienen importancia? Si quieres ahorrar energía en el trabajo vas a tener que vigilar también el consumo y la utilización de los ascensores. Al fin y al cabo estos aparatos también gastan electricidad, y esta la terminas abonando a través de la Comunidad del edificio.
Aquí sabemos que no siempre se tiene mucha capacidad de decisión (salvo que el edificio entero sea tuyo), por eso hay que realizar un esfuerzo coherente según la situación de cada uno.
Elige el tipo de ascensor más eficiente: los ascensores eléctricos más modernos consumen un 60% menos de energía y emiten 10 veces menos ruido que los ascensores hidráulicos.
Fomenta el uso de las escaleras: promueve hábitos saludables para que los empleados suban y bajen de la oficina por las escaleras (especialmente si se encuentra en las tres primeras plantas del edificio).
No pulses todos los botones a la vez: es habitual e inconsciente, pero supone un desperdicio de energía. Si hay más de un ascensor es recomendable llamar solo a uno para evitar que bajen o suban varios a la vez multiplicando el consumo.
Consejo 5 para ahorrar energía en el trabajo: agua
No, las oficinas no son inmunes al impacto que tiene el ACS sobre la factura de electricidad y gas. Para ahorrar energía en el trabajo vas a tener que fomentar la sostenibilidad también en los baños y la cocina.
Agua caliente solo cuando sea imprescindible: te diríamos que, salvo que tus empleados se duchen en la oficina, el uso de ACS en el trabajo es completamente opcional. Su consumo se puede reducir a la máquina de tés e infusiones.
Evita el derroche de agua: cierra el grifo cuando estés enjabonando el tupper y pon el lavavajillas (si lo hay) solo cuando haya alcanzado el máximo de capacidad de carga.
Cuidado con la cisterna: no utilices el váter como papelera, procura tirar de la cadena solo cuando sea necesario y mantén una política activa de mantenimiento en caso de fugas o averías. Los modelos de doble pulsador consumen un 70% menos de agua.
Controla y vigila los grifos: apuesta por modelos con reducción de caudal para recortar entre el 30 y el 65% del consumo, escoge sistemas de detección y fomenta un uso responsable de la grifería general. Recuerda que "una gota por segundo equivale a 1200 litros al año".
Siguiendo todos estos consejos para ahorrar energía en el trabajo lograrás reducir costes fijos. Ese dinero lo podrás emplear en cuestiones más interesantes para mejorar tu competitividad o iniciar nuevos proyectos.
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