No es solo la estética; tampoco la funcionalidad; ni siquiera la moda. El ahorro energético de la domótica es innegable. La inversión y la cuestión de la amortización también, por supuesto, pero es un esfuerzo más que rentable para recortar la factura eléctrica.
"La domótica controla y automatiza la gestión inteligente de la vivienda", explica CDEOM, la Asociación Española de Domótica. "Aporta confort, comunicación y seguridad, además de gestionar eficientemente el uso de la energía, favoreciendo el ahorro de agua, electricidad y combustibles".
No creas que es solo publicidad (al final qué va a decir la asociación sectorial). Echa un vistazo a los datos de instalación de domótica en el mundo desde 2017, y los pronósticos de cara a 2025. Parece que el ahorro es efectivo, y que eso convence, claro.
La domótica lleva entre nosotros muchos años, pero no ha sido hasta hace bien poco que ha se ha colocado como una solución interesante de ahorro energético para los hogares. Los dispositivos ya no son tan caros, y sobre todo: hay muchas opciones.
Ahora bien, si hay que buscarle un origen al fenómeno del ahorro energético con la domótica hay que mirar al contexto: a la subida de precios, la crisis climática y el progreso tecnológico. ¿Quién no ha intentado reducir su consumo de alguna forma en el último lustro?
Como ya te habrás percatado, la mayoría de consejos requieren esfuerzo. Significan cambiar hábitos, renunciar a cierto confort y invertir tiempo. ¿Qué pasa? Pues que con la domótica no hace falta nada de eso.
De acuerdo con IDAE el consumo de energía no para de crecer. A nivel mundial, en los próximos 35 años se duplicará y poco más de medio siglo se triplicará. Cómo no confiar en los enchufes inteligentes.
En este artículo te queremos dar algunas pistas generales para que puedas aprovechar el ahorro energético de la domótica.
Es difícil dar un dato concreto pero IDAE estima el ahorro energético de la domótica en un hogar sobre el 30% de todo lo consumido. Dependerá, claro, de muchas cosas (número de inquilinos, tramos horarios, tipo de tarifa), pero la aproximación es ya interesante.
El potencial de la domótica para ahorrar energía en casa se fundamenta en dos puntos principales. Todos los hogares inteligentes trabajan en estos frentes:
Al fin y al cabo estamos hablando de unos dispositivos que automatizan ciertos hábitos de consumo y que permiten ajustes tanto de programación como de intensidad. Es como si estuvieras todo el día encima del termostato o los enchufes, pero sin estarlo.
Solo en iluminación ya se nos va el 7% del presupuesto anual dedicado a energía. La domótica te va a dar la posibilidad de actuar sobre las bombillas para controlar ese despilfarro habitual que practicamos en casa.
IDAE nos dice que solo en los electrodomésticos nos gastamos el 16% de la inversión anual en energía. Obviamente, no todos los aparatos consumen lo mismo, pero la suma de ellos tiene un impacto relevante en las facturas de la luz.
El ahorro de electricidad aquí te va a llegar por la vía de la automatización y las funciones de programación. Es decir, que a simple vista seguirás teniendo una lavadora, un frigorífico y un lavavajillas, pero en la práctica disfrutarás de servicios optimizados.
Qué podemos decirte que no te hayamos dicho ya sobre el consumo energético de la calefacción. Esta partida es la más importante dentro de las facturas de un hogar. Durante los meses de invierno puede llegar a superar el 50% de todo el consumo.
Aquí la domótica cumple un papel determinante en la sostenibilidad, especialmente durante esos meses en los que tenemos los radiadores encendidos 6 horas al día. ¿Te suenan los termostatos inteligentes? Es la cara más visible de esta oportunidad tecnológica.
Dejando de lado los programas y las funciones avanzadas, la domótica va a suponer en tu casa un afluente constante de datos. Estos aparatos te van a decir en todo momento cuánta electricidad están consumiendo, de qué forma y a qué ritmo.
Si no eres muy ducho en el mundo de los kWh y las potencias, esto te podría parecer algo muy accesorio. Sin embargo, la realidad es que para actuar sobre los hábitos y ahorrar energía es fundamental tener información exacta sobre lo que estamos haciendo mal (o bien).
¿Cómo si no ibas a saber si tienes que recortar el consumo de la nevera o la televisión? No tenemos horas infinitas al día, y saber optimizar los esfuerzos resulta fundamental para no cansarnos antes de tiempo. Esto es especialmente relevante en el frente del autoconsumo.
Con la domótica podrás monitorizar tus paneles fotovoltáicos o tu minieólica, para estimar plazos de amortización y aprovechar la sostenibilidad.
"El usuario podrá saber en cada momento cuánta energía se está inyectando en la red y podrá obtener informes diarios, semanales y mensuales, que le permitirán incluso realizar la gestión económica de los ingresos que se obtienen mediante la venta de la energía", apunta CEDOM.
Vale, quiero construir un hogar inteligente ¿por dónde empiezo? Este tipo de ecosistemas se clasifican por niveles dependiendo de su grado de automatización. Es vital saber en qué punto estás o a dónde quieres llegar, antes de comprar e instalar nada.
¿De qué puntos estamos hablando? CEDOM cuenta con un formulario en forma de tabla que permite saber el nivel de domótica que tenemos en casa. A grandes rasgos, cuantas más aplicaciones instaladas, mayor nivel en la escala.
Si has llegado hasta aquí entendemos que es porque ya tienes en casa varios enchufes inteligentes, que estás haciendo tus pinitos con Alexa y que has fichado un par de modelos de persianas inteligentes. Perfecto, el siguiente paso es la tarifa.
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